martes, 30 de diciembre de 2014

La piel de la vida: Ávila


Mateo es un viudo jubilado que busca entre mercado y mercado una compañera para pasar las largas tardes otoñales frente al río Adaja. Tiene dos hijas que ve una o dos veces al año. Se fueron de Erasmus y no volvieron: una está con un alemán de Alemania y la otra con un alemán de Turquia. 

Juan y Felipe son socios de una pequeña panadería cerca de la muralla abulense. (en realidad todo en Ávila está cerca de la mutalla). Felipe es partidario de coger una de esas franquicias que hacen de casi todo y también pan, pero Juan no es partidario de cambiar la panadería de su abuelo, al menos mientras viva.  
Rosalía es una gallega afincada en Hustias. Vive haciendo cocidos para un conocido restaurante que le paga 3 euros por potaje y le facilita la materia prima cada año de peor calidad. Le gustaría volver con su familia a Pontedeume pero sus cuatro hijos varones son menos gallegos que Fidel Castro. Como dice ella: si me da tiempo, volveré para morirme.



Jussepe es un italiano loco que viaja todos los años a España en busca de la poseedora de una sonrisa que le enamoró hace treinta años en la piscina ovalada de un hotel de Roses. Ya duda si fue real o tan solo un sueño. Su madre siciliana le apoya y le alimenta la fantasia para que busque a esa española que le llevó la sesera y no la abandone.
Xoan es un catalán que después de trabajar tres años en el Circo del Sol decidió buscarse la vida de arlequín cantante en una compañia de medio pelo que hacen lo que quieren pero que no ganan ni para autónomos. Recurre a una tía Margarita, adinerada y soltera que le finanza las galas por las plazas de España. Algún día triunfarán. 
Carmen y Vicente decidieron que antes de divorciarse pasarían juntos una semana en Ávila para darse una última oportunidad. Su matrimonio no funciona porque ella sólo piensa en presidir el prestigioso bufete de abogados que fundó su padre a orillas del Manzanares y él en escribir una novela que nunca ha empezado. Desde la muerte de su hijo ya no son los mismos.
Fran es un americano que viaja por el mundo haciendo fotos para una revista londinense. Le encanta España porque siempre hay gente por la calle dispuesta a divertirse. Nada que ver con su pueblo natal tejano Agua Dulce. Está especializado en piedras y Ávila es una de sus ciudades preferidas.

Jacinto es un cura de los de antes pero sin sotana. Ser cura es lo único que podía aspirar cuando se es el menor de quince hermanos. Está fascinado por el Papa Francisco porque dice que es un cura de pueblo como él. La verdadera Iglesia está en lo sencillo y el pibe ha sabido trasmitirlo como hizo Jesucristo.


Paco es un hombre de pocas palabras, semblante seco y serio. Su mayor preocupación o quizás la única es que el Numancia vuelva a Primera. Loco por el fútbol se ha dejado sus ahorros en una de esas casas de apuestas británicas cuyo lema es: "donde apuestan los que apuestan". 

Pedro está constantemente amargado porque su querida úlcera de estómago no le deja vivir ni disfrutar de la vida. Siempre a régimen y malcomiendo. Daría lo que fuera por volver a disfrutar de un buen plato de alubiones de La Granja con un chuletón a la brasa de esos que sólo se pueden comer en la ciudad de las murallas.

lunes, 6 de octubre de 2014

MERCADERES Y ARTESANOS

Marcos es de  Bronchales. Hace 15 años compró un palacete frente a la antigua iglesia de Santa Bárbara que apenas pudo disfrutar por que la Caja Rural de Teruel se la embargó tras el fracaso negocio de producción y venta de jamones. Después de eso se dejó barba y melena y vive en cualquier parte donde haya un mercado tradicional. En 5 años se jubilará y se irá a Lanzarote con su hija Mercedes.

Aurora canta en la Coral Internacional de San Luis Potosí, en México. Hija de inmigrante gallego viaja a España siempre que puede. Quiere conocer el país de sus abuelos y lo hace vendiendo en todos los mercados sus alhajas traídas de la región Huasteca. Le encanta cualquier cerveza que no se llame Coronita.
 Felipe vivió en Ansterdam por un amor enloquecido con un alemán de Frankfurt que resultó ser un fiasco. En esos años de juventud regentaron el Café Bordó en el centro de la ciudad. Aprendió a destilar cerveza y a preparar los mejores cócteles afrodisíacos con unas hierbas que su abuela maragata le enviaba desde Santa Colomba de Somoza. Ahora destila orujo y hace botellines de chupitos para recuerdos de boda y demás celebraciones.

Carlos Alberto vino de Quito a hacer las españas y no ha hecho más que trabajar en la cocina de un restaurante a 50 grados y ahorrar el dinero suficiente para volver. Quiere montar un negocio de joyas artesanales porque un buen día vio en google que era muy rentable. Tiene 3 hijas y una mujer que esperan su regreso.
Sofia y su marido trabajan el arte del barro como lo hicieron sus antepasados zamoranos. Alardean de fabricar de forma artesanal las cazuelas y fuentes más robustas resistentes de España. Están pensando en exportar a Chile donde su hijo Alberto ha encontrado un buen trabajo de ingeniero de caminos. Se quedará allí hasta que la empresa de Frorentino termine las macro obras.

Jesús se metió a panadero gracias a que su mujer es hija de panaderos. Va a todos los mercados del norte del país con su familia y sus panes artesanos. Se ha especializado en no madrugar y eso como dice su suegro es incompatible con el oficio. Sobreviven gracias al trabajo de funcionaria de justicia que su mujer compatibiliza con la panadería.
María acompaña a su marido a los mercados para salir de la rutina. No le gusta vender. Si por ella fuera lo regalaría todo. Matias, su marido, le llama la santa. Ha criado a cinco hijos que han sabido buscarse la vida. Espera su primer nieto para estas navidades. Su yerna sale de cuentas el 25 y le ha dicho que se llamará María.


Laura es de esas maestras solteras  que siempre darán buen resultado. Le encantan los niños y las manualidades. Cuando la escuela se lo permite, hace diademas y coronas de flores que vende en los mercados los fines de semana. Salmantina de nacimiento, reside en un pueblecito costero de Cantabria. Le encanta los toros. 
Francisco  José vino de Argentina empujado por la productora de cine Magma. Actor de cortos con cierto éxito en su país, pronto se cansó de presentarse a casting para ser extra a cambio de cuatro duros. Junto a su novia rusa, vive del mercado y de la ilusión de ser algún día un actor de primera línea. Lo tiene difícil.
Amor ayuda a sus padres en un restaurante muy conocido de Oviedo. Estudia veterinaria en la Universidad de León y pretende encontrar trabajo en la central lechera asturiana. Su tío es uno de los jefes de la central y le ha prometido que en cuanto termine le busca un empleo en la montaña asturiana. Le encantan las terneras recién nacidas. Dice que deberían ser consideradas sagradas como en la India.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Vidas normalizadas


Carmen y Gonzalo son hermanos. Están haciendo el Camino de Santiago. Una promesa tuvo la culpa. No sabemos cual. Están disfrutando como no hacían desde su niñez. El Camino, sin duda es mágico.
Isaías vivió su infancia y juventud en Australia. No se apea del sombrero ni para dormir la siesta. Le apasiona el cine. Se levanta alas 5 de la mañana para ver vídeos de surf y calentar motores para un duro día de trabajo en la peluquería que regenta en el centro de la ciudad.

Jacinto es escapararatisa, de los buenos. Escribe en una decena de revistas de moda y su gran pasión son las motos. Soltero y sin compromiso se gasta su dinero y el de sus padres en las dos ruedas. Ha prometido dejar las motos después de la última caída en el puerto de Pajares. 
Julia y María son cuñadas. Viven juntas porque una es soltera y la otra viuda. Se dedican a pasear, mirar escaparates e ir a misa de las 7 de la mañana en la basílica de San Isidoro. Además son adictas a la radio. Por supuesto todos los días caen un par de rosarios en radio Maria y Julia Otero es su locutora preferida.

Oscar es  maestro de música y músico de banda. Toca cualquier instrumento. Es el comodín del grupo. Su mujer y sus dos hijas le acompañan a todos los conciertos y son su energía vital. Están buscando el niño que parece que no llega. Demasiadas chicas en su vida.

La Petra, el cojo y don Francisco  son de esos jubilados que nunca se jubilarán. Ahorran más de lo que gastan porque " hay que guardar para cuando haya una guerra no pasar hambre". 

Pedro y Carlos son asturianos que vienen una vez al mes a León para salir de fiesta. Lo hacía su padre que era minero y antes de morir aplastado por una viga en la mina se lo prometieron. Continúan con la tradición paterna.

Pepe y Lourdes son novios, de esos de segundas. Están buscando casa en un pueblecito de la provincia de Lugo porque quieren que les case un alcalde de pueblo con boina y cacha. No se si lo encontrarán.

Matias está obsesionado con el colesterol y la diabetes. Sale a caminar todas las mañanas dos horas y asegura que no necesita pastillas. Trabaja en un banco de esos que ya no dan crédito.
Elvira es matrona. Le encanta su trabajo. Hace apuestas con los padres primerizos sobre el sexo del neonato para ponerlos más nerviosos. En los tiempos de bonanza hacía cientos de horas extras para sacar dinero para irse de crucero. Lleva más de treinta y ha estado en los cinco continentes  4 veces.

martes, 6 de mayo de 2014

Vidas y personajes



Guzmán ya sabes lo que dice:

"A quien no le guste León por ahí está la estación"






Marcos y su hijo Carlos van a misa de domingo de ramos tras los pasos de su abuelo. Desde que su madre murió de cáncer de mama siempre llegan tarde a todos los sitios y hoy no va a ser menos. Carlos todavía se despierta sobresaltado por la noches llamando a su mamá.

Vero es búlgara, habla bien el español y hace de intérprete a parte de la colonia asentada en León. Va poco al instituto y ayuda a su madre vendiendo globos. Su padre trabaja en un barco en alta mar. Hace dos años que no sabe nada de él y le necesita más que el comer. Le odia y le quiere a partes iguales.


Pepe está amargado por que el jefe le ha cogido manía. Trabaja todos los domingos y festivos. Hace más noches que nadie pero le encanta su trabajo. Disfruta viendo la cara de asombro de los turistas que observan la catedral alucinados. Es un experto en sacar fotos a giris.

Sergio está haciendo el camino en bicicleta desde Burgos. Una promesa tuvo la culpa: curarse de una leucemia. Ahora la vida la ve desde otro parámetro y disfruta a cada instante. Ya no bebe y el deporte le da la estabilidad que el whisky le había quitado. Se ha comprometido a hacer el camino todos lo años.

Pedro y María son hermanos y han venido desde Girona a reconocer León porque hacía más de 50 años que su abuelo les trajo cuando ejercía de secretario en Mansilla de las Mulas. Sentados reflexionaban sobre lo corta que es la vida y lo larga que se hace.


Amado es arquitecto y ha tenido suerte encontrando un trabajo en su ciudad natal. Todos sus amigos están fuera y malviviendo. Tiene pensado casarse y construir un chalet en una finca que heredó su novia en Las Arrimadas (Villaobispo). 

Quique y Sergio son de esos primos inseparables que hasta se intercambiarían las novias si fuera menester y si la tuvieran. Estudian publicidad en la Complutense y tienen claro que cuando terminen sus estudios se irán a Estados Unidos a intentar labrarse un futuro en publicidad.

Soledad viene de pasar la noche en el Hospital de La Regla. Tiene a su padre moribundo y se turna junto a su hermana Matilde para acompañarle todas las noches. Su vida ha sido cuidar de lo demás, en especial de su padre que enviudó con tan sólo 40 años.

Matilde, la hermana de Soledad va a relevar a su hermana. Matilde emigró junto a su marido a Bélgica y ahora ha vuelto jubilada y con cuatro duros a descansar en la madre patria y a cuidar de su padre. Su vida no ha sido fácil aunque ahora lo parezca.

Tomás y Jabo van a la catedral a cumplir con los oficios del domingo de ramos. Son del OPUS y viven la fe cristiana con serenidad y devoción. Su vida gira en torno a la iglesia y la familia. Jabo es uno de los 6 hijos que tiene Tomás. Han aprendido a ser cada día un poco más felices y presumen de ello.