lunes, 23 de marzo de 2015

La piel de la Media Maratón de León

Felipe es de esos hombres comprometidos con demasiadas cosas. Su mejor amigo tuvo un accidente el pasado verano cuando venían de fiesta y quedó parapléjico. Corrían juntos los días impares por el parque de La Granja para preparar la carrera. Su amigo nunca volverá a caminar y por eso Felipe corre con un triciclo adaptado en homenaje a su buen amigo.


Sebas comenzó a correr cuando cumplió 40 años. Después de una trágica separación encontró la calma y el sosiego de cuerpo y espíritu en unas zapatillas del 45 esparramao que no había utilizado jamás. Corre siempre sólo todos los días que tiene ganas de correr.


Maika es enfermera del hospital de Lugo. Esta gallega corre desde que su abuela África la apuntó de niña al Club Atletismo Monte Segade para que pudiera viajar por Galicia y conocer mundo. Ahora Maika mantiene el espíritu de su abuela corriendo en las principales citas del noroeste del país.

Casimiro prometió a su mujer e hijos dejar de fumar y comenzar a hacer ejercicio para rejuvenecer lo justo y no ir a cuidar malvas cualquier día. La ayuda de un infarto y el consejo de una médica residente peruana que le salvó la vida en el pasillo del hospital le facilitó la decisión de correr y correr.


Belén lleva desde que la despidieron de un gran almacén francés corriendo para hacer algo los días que poco tiene que hacer que son la mayoría. Una academia del centro le lleva los pocos cuartos del paro para conseguir una plaza de maestra en la escuela pública que nunca llega.

Carmen y Mariola son dos hermanas portuguesas que acabaron en Sabero sin casi saber. Dicen que la culpa la tiene su bisabuelo Manuel que fue un gran aventurero. Después de malvivir en Lisboa han encontrado un hogar y un trabajo en la montaña leonesa. Corren para mantener una silueta y bajar unos kilos que nunca bajan.

Paco y Lucia han conseguido mantener un matrimonio y cinco hijos varones corriendo todas las mañanas. Se levantan cuando sale el sol para correr y charlar de sus retoños y mantener en forma el matrimonio. Después de veinte años mantienen la ilusión fresca y el suficiente ánimo para buscar la niña que el santísimo no les quiere dar.

Marcos, Alberto, Julia y Ana son amigos que se buscaron en Facebook por casualidad. Después de siete años sin saber el uno del otro estos buenos amigos del colegio se reencuentran cada evento deportivo en el que correr sea el objetivo. Después de cada carrera se van a comer para recordar los viejos tiempos.


Elías y su hija Blanca corren juntos cada año la media maratón cazurra. Estos asturianos cruzan Pajares para iniciar la primavera juntos. Su mujer se encarga de sacar las fotos pertinentes a lo largo del itinerario para enseñarlas orgullosa en el trabajo de una familia modélica.

Evaristo y Carlos se plantaron el objetivo de correr la media maratón de León para terminarla y además llegar los últimos a la meta como dos héroes. Llevan desde navidades saliendo tres días a la semana por las orillas del Bernesga. Quien no consiga llegar paga una cena en el parador de San Marcos. Seguro que llegaron los dos.